3º Consumismo a la inversa.
Otro apartado de la nutrición, denostado por muchas personas es la relación de ingesta y gasto calórico. Muchos especialistas dan tanta importancia a los nutrientes, a alimentarse bien, vitaminas, minerales, fibra… que dejan casi olvidada el balance energético. ¿Qué es el balance energético? Pues la relación entre las calorías que tomamos (ingesta calórica) y las calorías que quemamos (gasto calórico). En muchas ocasiones, este balance energético es positivo continuamente, diariamente… Con lo que, Houston! Tenemos un problema. Un problema, y gordo (nunca mejor dicho).
Pongamos el caso de una persona que ingiere todos los días 100 calorías más de las que gasta (200 calorías son un vaso de Coca-cola, 3 bombones o dos yogures naturales azucarados). Dicha persona está acumulando más de 22 gramos al día de depósitos de grasa nuevo en su cuerpo. He dicho de grasa, no de músculo, ni de glucógeno ni de cerebro. ¿Cuál es el resultado? ¡Más de 8kg al año solo tomarte dos yogures de más al día!
Por eso, siempre he creído en la importancia de valorar los elementos nutritivos de la dieta, pero no olvidarse del conteo de calorías. Sí, actualmente, el consumismo a la inversa es la tendencia general en nutrición. Si la sociedad actual es consumista, porque gasta más de lo que ingresa… La mayoría de la gente debe dinero, hipotecas, créditos… Somos poco ahorradores, y normalmente ahorramos para gastarlo después. En nutrición no, en cuanto a balance energético somos unos ahorradores netos, más que los judíos, ingresamos todas las calorías que podamos, y cada vez gastamos menos. El mundo al revés.
4º Media solución. La gula como pecado generalizado. “Es mejor que sobre a que falte” Este dicho popular de muchas comidas y cenas sociales, desagradecidamente, puede ser cierto en muchas partes del mundo. Incluso no hay que irse a África, a veces, en las esquinas de nuestras ciudades. Pero para la persona que tiene las necesidades básicas cubiertas este dicho debería estar en desuso. Yo casi diría que es mejor que falte a que sobre, especialmente en las comidas y cenas de Navidad.
Pero volvamos al balance energético. ¿Cómo sé las calorías que ingiero y las que gasto? Ay amigo! Si fuera sencillo, la obesidad y el sobrepeso que afecta a gran parte de la población estarían más controlados. Podría hablar de metabolismo basal, de índices de actividad, de calorías por gramo de grasa, proteína o hidrato de carbono, de tablas calóricas… Pero, el método más sencillo es la báscula. Pesarse de vez en cuando en las mismas condiciones (misma hora del día, misma ropa…). Siendo lo más sencillo pesarse en ayunas.
A eso hay que añadir unos pequeños conocimientos de las calorías que tienen los alimentos que consumimos, para lo cual, simplemente basta mirar en la etiqueta de la caja que contiene el producto. Hay alimentos que no vienen empaquetados, no hay problema, excepto la carne roja, ese tipo de productos precisamente tienen bajo índice calórico (fruta, verdura, pescado…). Y con esto ya tenemos el control de la ingesta calórica y la mitad de la solución.
5º La otra mitad. Desgraciadamente no se pueden quemar las calorías con un soplete, ni a día de hoy existe ningún medicamente que gaste calorías. Excepto la liposucción que elimina, generalmente, grasas de tu cuerpo (a razón de 9 calorías por gramo) no hay ningún método más eficaz que ingerir las calorías que gastas. Tampoco penséis que gastáis calorías al ritmo que os marca el Garmin o las máquinas de gimnasio.
El gasto calórico de cada persona es complejo, depende de su metabolismo y basal y del nivel de actividad. El sedentarismo, que es el sindicato o partido político con más afiliados en el mundo occidental, es también lo contrario a tener un nivel de actividad elevado. Es decir, que los gastos calóricos del ser humano occidental ha disminuido mucho en los últimos años (mientras la ingesta aumentaba).
¿Cuál es la receta? Aumentar el nivel de actividad tanto física y mental. Es la otra parte, cuanto más lo aumentes más calorías gastarás, más calorías podrás comer, mejor te sentirás…
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